Después de muchos intentos conseguí que Pablo Machón, presidente de la FSF en España, me pusiera en contacto con RMS.
No quiero pasar por alto narrar cómo te sientes el día que abres tu correo y encuentras en la bandeja a un remitente de la categoría de Stallman, no sabes si es spam o cualquier broma de alguien de tu alrededor, lo cierto es que esperas a tener un momento tranquila y allí está, el mismísimo RMS escribiéndote. Respiras, lees y le contestas de la forma más atractiva posible que te encantaría que viniera a darle una conferencia a tus alumnos.
Esperas la respuesta con la máxima paciencia y sorprendentemente recibes un mail automático donde te indica que Stallman se conecta 2 o 3 veces al día, que siempre está trabajando, que viaja continuamente y que serás atendida lo antes posible.
En ese momento piensas que allí acaba la relación con esta persona, pero en menos de 24 horas recibes un correo de él. 20 páginas. Sí, 20 páginas de respuesta en la que te indica todas y cada una de las premisas que debes tener en cuenta si quieres contar con él para una conferencia. El cuerpo te tirita, ahí ya descubres que estás delante de una persona muy singular, no habla de dinero, ni de lujos, ni de grandes hoteles, al contrario, le gusta sentirse acompañado y en un ambiente agradable. Pero esa percepción no es la primera que sientes. Cuando habla de la temperatura a la que le gusta dormir o el tipo de mascotas que le encantaría que tuvieras en tu casa si le invitas empieza a correrte un sudor frío por la frente. Esto no consiste en contratar a una persona para que dé una conferencia, esto consiste en traer a Stallman, ese gran hombre.
Por supuesto, la integridad de este pedazo de persona, se hace notar en cada instante, es el padre del Software Libre de modo que no va a dejar que trabajes con él si todo lo que envuelve al evento no es libre, así que prepárate, te preguntará hasta la saciedad quién va a estar en el evento, si hay empresas, si se va a retransmitir, en qué formato, las condiciones del servidor de streamming, los formatos de los vídeos posteriores, la locura de la libertad!!!!, lo llamé yo.
En mi caso, los mails no acababan de matizar lo suficiente su exigencias, de modo, que no conseguía convencerle para que nos acompañara, y yo ya abandonaba el sueño de contar con Stallman en mi centro, cuando una intervención de Pablo Machón recondujo el tema de nuevo. El 22 de diciembre de 2011 estaba sentada ante mi ordenador con sensación de cansancio, fracaso y decepción cuando sonó el móvil, no lo tenía cerca y fui corriendo a por él, en ese momento una voz masculina con acento extranjero, dijo: «Lola, soy Richard, Richard Stallman» y casi me caigo por las escaleras de mi casa.
Ahí comenzó Boadinux 2012