Y es bueno que así sea. Su radicalidad a veces nos entra como un chirrido molesto que no queremos oir. Cuando dice «Windows es un malware universal», «Apple ha inventado los grilletes digitales», «Linux no es libre» «Open Source no es SW Libre», todo ello nos produce un rechazo momentáneo, o una risa floja, pero a medida que avanza la conferencia, empiezas a entrar en sus ideas y a comprender que realmente avanzamos hacia una sociedad controlada por los gigantes de la informática.
Nos entregamos a la tecnología sin reparos, a aparatitos maravillosos, controlados por programas desconocidos, sin posibilidad de ser analizados y ahí donamos nuestros datos, imágenes, estados de ánimo, amigos, conversaciones y nos sentimos felices y dichosos por todos los beneficios que nos reporta. Y es evidente que la tecnología está al servicio el hombre, para facilitarle su vida, para hacérsela más amable, más divertida, pero tras ese aspecto tan positivo las grandes firmas informáticas están manipulando nuestros datos y cocinándolos para obtener grandes beneficios empresariales.
Aún peor es no poder saber qué grado de espionaje introducen en nuestras máquinas, y a qué estado de esclavitud nos someten o someterán en un futuro.
Es tan importante que alguien nos despierte con frases duras y radicales, es tan importante que la filosofía de sw libre se mantenga y sea el «pepito grillo» de la tecnología…
¡Gracias Stallman!
El segundo día volvimos a repetir el llenazo del miércoles. En este caso nos acompañaron tres ponentes de prestigio: Ramón Castro, con Siessta, un programa de gestión tutorial del que es autor, deleitó tanto a profesores como alumnos.
Yaiza Temprado, profesora de la Universidad Europea y administradora del portal chicaslinux.org,nos explicó cómo se hace esto de colaborar en proyectos de SW Libre.
Por último, estuvo con nosotros David Martínez (Ender), responsable de Sistemas de Tuenti, compaginó perfectamente la parte técnica con la parte divulgativa de la charla. Enganchó con los chicos desde el primer momento.
En definitiva, el salón de actos no tuvo ni un hueco en cada una de las ponencias y conseguimos llamar la atención tanto de profes como alumnos, una experiencia inolvidable, creo que estas sensaciones se tienen pocas veces.
Bitácora de una profesora. 